Ruta realizada el Lunes 20/06/2005
Participantes: Félix, Pepe
Reproductor audio crónica:
Nos levantamos a las ocho y cuarto y nos vamos a desayunar. El bar está cerrado hasta las 9h. Así que ya sabemos por qué nos clavaba Maricarmen, era por el madrugón, no por el desayuno. Volvemos ya vestidos de ciclistas a tomar un café y unos bollos industriales, pues no hay más opción. Conocemos a Javier, un tío prejubilado que está por allí de excursión a caballo, luego coincidiríamos más veces.
Después del desayuno compramos vituallas en la tienda y nos preparamos para iniciar la marcha. La bici vuelve a estar pinchada, delante y detrás, así que otro ratito de reparaciones antes de salir. Mientras estamos con nuestro taller montado a la puerta de la casa, llega una pareja a preguntar si hay habitación para dormir. Ella es como la Angelina Joly, pero más a lo bruto. De verdad que impresiona y ella lo sabe. Su busto nos deja trastornados lo que queda de excursión, a partir de ahora, cualquier curva en el paisaje nos trae su recuerdo. ¡Lástima que no se quedaran en la casa!
Por fin nos ponemos en marcha a eso de las 10h. No había hecho falta madrugar tanto. Nos cuesta encontrar el enlace con el GR-11. Preguntamos a una vieja de la zona por distintos puntos de referencia y ella contesta que no sabe, que desde que le han puesto a todo los nombres en vasco, ya no sabe ni donde vive. Es el camarero del restaurante el que finalmente nos indica el camino adecuado.
Los primeros 4 km de subida inicial son muy duros, con pendiente pronunciada y de piedra suelta en el suelo, luego suaviza pero sigue subiendo. Hace calor.
El primer cruce importante se llama Gatzarrapalda (1230). Aquí la pista llanea un poco, hay bosque de abeto salpicado de algún haya, también algún terreno de cultivo.
Nos encontramos con un francés que está empezando la transpirenaica. El tío piensa ir y volver andando durante todo el verano, se ve que tiene tiempo. Nos pide permiso para hacernos una foto. A lo mejor es de este capullo la navaja Opinel que he encontrado hace un rato. ¡Pues va a cortar las rajas de chorizo con dos piedras!
Llegamos al alto de Zotrapea (1318). Hay una zona de barbacoas y mesas. Desde aquí al portillo de Hilarión (1350). Ahora ya toca bajar y lo hacemos por el GR13, que discurre junto al río Binies. Es una bajada suave, con vegetación muy variada que va cambiando poco a poco el pino por hayas, vamos despacio, disfrutando del paisaje. Paramos a hacernos unas fotos junto a una presa de mampostería en ruinas. Bonito paraje.
Antes de llegar a Vidangoz hay otra presa, ésta más moderna, que está adecuada como piscina natural. El paraje está despoblado, así que aprovechamos para darnos un baño en pelotas. Ya vestidos y en la bici vemos que se acerca una jovencita, ella se lo pierde. ¡Que hubiera corrido más!
Estamos cerca del Roncal. En el pueblo nos cuesta encontrar un bar. Está todo cerrado y no se ve un alma. Finalmente nos abren la puerta de uno y nos cobran 4,90 por cuatro botellines. Encima con la poca vergüenza de decir que es por dos de los cascos, que nos llevamos para tomar el bocata en el campo.
Nos cuesta encontrar un sitio agradable a la sombra, finalmente nos instalamos entre dos casas, ya a las afueras del pueblo, en la parte alta. Las vistas son muy buenas. Me dan ganas de tirar desde aquí los cascos, a ver si le doy a la del bar en la cabeza, pero me corto y nos limitamos a dejar todo muy recogidito en una bolsa de plástico, a la puerta de una de las casas, para que los dueños nos hagan el favor de echarlo a la basura cuando salgan.
Seguimos por carretera hasta cambiar de valle. Pasamos por el pueblo de Igal, en el que tampoco se ve a nadie. Poco después del pueblo abandonamos el asfalto para subir por pista el barranco de Larraiza. Hace mucho calor, vamos parando en las zonas sombreadas del camino. La pendiente comienza suave, pero luego se empina y el firme se deteriora, con mucha piedra suelta. Tenemos que aprovechar cada sombra del camino para descansar un poco. No se como nos apañamos siempre para dejarnos un tramo duro de la ruta para después de comer, cuando más calor hace. Nos cuesta dos horas subir hasta los 1300 m de altitud, luego ya es un sube y baja suave por la misma zona que coronamos por la mañana.
La bajada hasta Ezcaroz también es por pista de piedra suelta, pero ya cuesta menos.
Luego carretera a Ochagavía y directos a la piscina natural del pueblo, que está fenomenal, con su pradera de hierba y zona de sombra. Hay chavales bañándose y sus madres tomando el sol. Rezongamos un poco en la hierba y llamamos a casa para dar novedades. Nos hemos hecho 60 kilómetros, que tampoco está mal.
Nos cambiamos en casa y compramos provisiones para mañana, así no perdemos tiempo. El capítulo de regalos no merece la pena, es todo caro y sin ningún interés.
En la terraza del bar de la plaza nos echamos una botellita de sidra para reponernos y hacer tiempo hasta la cena.
A cenar vamos a Hornos, al hostal Salazar. Aquí coincidimos con Javier, que está alojado. Ya ha terminado de cenar, pero cruzamos unas cuantas frases antes de que se marche, tiene casa en la Sierra de la Demanda y vive en Miranda de Ebro.
Nos sirve la cena una chica joven totalmente disfrazada de bruja. Nos cuenta que donde hay marcha es en Ochagavía ¡cómo será esto entonces!
De vuelta en Ochagavía nos tomamos un whisky que nos ayude a conciliar el sueño y nos vamos casa Dukea. En el puente vemos a un alicantino con su hijo, intentando pescar cangrejos con un ratel. No nos habíamos fijado que hay unos bichos enormes, que parecen casi bogavantes. Tienen una marca blanca en una de las pinzas, nos dicen que se llaman cangrejos “seña”, que alguien echó algún día y se han aclimatado bien. El fulano se asusta cuando Félix dice que la pesca del cangrejo está muy castigada, tira el cebo y recoge. Me hubiera gustado ver uno de cerca, incluso probarlos con tomatito, cebolla y un poco de picante.
Otras fotos: Link Álbum
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Una respuesta a “Selva de Irati:Ochagavia-Vidangoz”
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Esta es la ruta que se hizo Alfredo solito. Otros 60 kms del ala y sus correspondientes 1600 m de desnivel.